martes, 30 de junio de 2015

Comunicado PCE ante el intento de imposición de medidas a Grecia y la ruptura de negociaciones por parte de la Troika.


Denuncia como golpe de estado la intención Eurogrupo de imponer sus medidas al gobierno de Grecia sin dejar celebrar el referéndum

El Partido Comunista de España (PCE) rechaza las imposiciones de la llamada Troika al pueblo griego, entre las que se encuentran los recortes de las pensiones, el aumento del IVA, el aumento de la edad de jubilación entre otras, todas fuera del programa que a Syriza le llevó a ganar las últimas elecciones en Grecia.

Los resultados de la Comisión de Estudio sobre la Deuda, demostrando como gran parte de ella es ilegal e inmoral y que por tanto debería producirse una sustancial quita por parte de los responsables de la Unión Europea, junto a la decisión del Gobierno de Grecia de no renunciar a su compromiso electoral, ha llevado al Eurogrupo a plantear una ofensiva que trata de hacer claudicar al único gobierno europeo que se le ha rebelado.

sábado, 27 de junio de 2015

El TTIP o la lucha por la soberanía y la dignidad



El TTIP (Tratado Trasatlántico de Comercio e Inversión) que se está negociando con el secretismo habitual con el que se negocian los acuerdos comerciales, entre EEUU y la Unión Europea (a través de la Comisión Europea, su órgano ejecutivo y también legislativo) representa un ataque frontal contra la democracia, la soberanía y los derechos sociales, laborales, sindicales y medioambientales, entre otros.


Existen numerosos ejemplos y experiencias previas. Varios estudios de impacto independientes coinciden en que el NAFTA, (TLC entre EEUU, Canadá y México) que lleva 20 años en vigor, ha tenido consecuencias desastrosas para la población mexicana: disminución del salario mínimo (-17.9%), aumento de la desigualdad y de la pobreza (incremento del 21.46% antes del NAFTA al 50.97% después del acuerdo comercial), deterioro ambiental o éxodo de campesinos a las ciudades (2.7 millones de granjeros mexicanos han abandonado sus tierras), entre otros. Al otro lado de la frontera, las consecuencias también se pueden cuantificar: caída de los salarios como consecuencia de la relocalización de empresas en México, donde la mano de obra es más barata y por consiguiente cierre de más de 60 mil empresas manufactureras estadounidenses. Otro ejemplo sangrante lo representa el acuerdo comercial entre Colombia y la Unión Europea. Se ha extendido la práctica lamentablemente de acaparamiento de tierras. Las corporaciones transnacionales se apropian de las tierras de los campesinos, violando los Derechos Humanos y cortocircuitando los procesos, ya difíciles, de dignificación de los pueblos indígenas.
El TTIP no es un tratado de libre comercio al uso, que ya de por sí han demostrado no ser beneficiosos para los pueblos y sus gentes. El TTIP es un acuerdo geoestratégico que pretende crear un bloque macroeconómico que, por un lado, frenaría la expansión, el crecimiento y el control hegemónico de los países BRICS (Brasil, India, Rusia, China y Sudáfrica), y por otro lado, impondría las reglas de juego comerciales a terceros países, perjudicando especialmente, como es obvio, a los países en vías de desarrollo.
Ambos lados del atlántico representan el 12% de la población mundial y el 50% del comercio mundial. ¿Para qué entonces firmar un tratado comercial entre los dos bloques con mayor comercio? Ambos lados del atlántico representan el 60% del PIB mundial, distribuido de una manera absolutamente desigual: el 70% de la población tiene el 2.7% de la riqueza, frente al 8.7% de la población que ostenta el 87% de la riqueza. El TTIP supondría abrir un camino de no retorno que ahondaría aún más esta brecha de desigualdad y de no redistribución de la riqueza.