domingo, 3 de enero de 2016

Carta abierta a la militancia del PCE

Camaradas, en estos primeros días del año, muchos son los retos que tenemos por delante, son tiempos difíciles que debemos de afrontar desde la certeza de que en los próximos meses nos jugamos mucho, y que deberemos asumir la responsabilidad de poner lo mejor de cada uno/a de nosotros/as al servicio de un proyecto colectivo, y hacerlo desde la máxima confianza en nuestra capacidad para resolver las situaciones conflictivas desde la confianza y la camaradería.

Noticias como la aparecida en el diario El País (1/1/2016) y otras, son verdaderas provocaciones, siguiendo la tónica de los últimos años, que tienen el único objetivo de dividirnos, enfrentarnos y debilitarnos porque tampoco han podido acabar con nosotros en las pasadas elecciones y saben que mientras se mantenga en pie un referente anticapitalista y coherente como ha demostrado ser en estas elecciones Izquierda Unida-Unidad Popular, seguirá habiendo posibilidades de que las cosas cambien de una vez en favor de la mayoría social trabajadora que está pagando la crisis.

Por eso, de nuevo, se intenta debilitar y dañar la imagen de un Alberto Garzón que ha conseguido despertar ilusión y confianza en cientos de miles de personas. Y se hace de la peor manera, difamando y enfrentándolo con su propia gente. Es una trampa muy burda para que caigamos en ella. Sólo debemos recordar la ofensiva de algunos medios de comunicación de los últimos meses para comprobarlo. 

El leitmotiv de esta campaña difamatoria consiste en situar dos bandos en la organización: los que la pretenden mantener a toda costa y aquéllos/as que buscarían la disolución de IU en Podemos encabezados por Alberto Garzón y donde también sitúan al Partido, y de forma muy directa a mí mismo. Da igual lo que se diga en los órganos, da igual que el tiempo no les haya dado la razón en las pasadas elecciones generales que la mentira sigue repitiéndose, con la clara intención provocar un falso debate que tape el debate necesario, el debate urgente e imprescindible, que no es el de SI o NO a Izquierda Unida, sino el CÓMO situamos al PCE y a IU en una confluencia que permita construir la máxima unidad popular para hacer posibles las políticas de ruptura democrática y social que la mayoría social trabajadora demandan.

Frente a esta campaña, frente a este debate estéril, interiorizado e idealista de lo que tenemos que hablar es de repensar la izquierda, de cómo reforzar la organización y actualizar su funcionamiento para que sea ágil, participativa, permeable, de cómo implicar en la acción política, al millón de personas que han confiado en las candidaturas de Izquierda Unida-Unidad Popular. 

Hablamos de mantener el perfil propio de una izquierda anticapitalista, republicana, ecologista y antipatriarcal, que confronta con la OTAN y reclama la ruptura de la Europa del Euro, porque en la UE del Euro y la OTAN es imposible una salida democrática y social de la crisis en beneficio de la mayoría, no de disolver IU en el vacío ni de diluirnos en ninguna otra organización.

Hablamos de mantener nuestro rechazo a cualquier acuerdo que suponga legitimar por activa o por pasiva una reforma pactada de la constitución que mantenga los pilares del llamado régimen del 78, la monarquía, el neoliberalismo que consagra el art. 135 de la constitución o una ley electoral tramposa, no de acomodar el discurso buscando la centralidad. Por eso defendemos la necesidad de abrir un proceso, que de forma participativa, construya un nuevo marco institucional que también permita tanto el derecho de autodeterminación de los pueblos como decidir entre república y monarquía.

Seguimos pensando que el camino es la confluencia de las fuerzas que creen en una salida social a la crisis, no en entregar nuestra historia y nuestro futuro en manos de nadie, sino plantear directamente lo que venimos diciendo desde hace más de un año, que la suma de las candidaturas de Podemos, IU-UP, las Mareas, En Común, Compromis y otras fuerzas podrían haber ganado las pasadas elecciones generales y sobre todo podrían ganar las próximas si estás se repiten, Esta es la clave, esta es la razón por la que algunos se ponen, más que nerviosos, histéricos, porque se ha demostrado que se pueden ganar las elecciones con la unidad, construida desde el respeto a cada formación política, desde un programa de mínimos que asegure la ruptura democrática y el proceso constituyente.

Todo esto lo saben, quizás mejor que nosotros, los poderes dominantes, el IBEX 35, la Troika y quienes tratan de mantener unas políticas de austeridad y recortes que tanto dolor y sufrimiento han provocado en millones de personas, por eso quieren desviarnos de nuestro necesario debate y meternos en un debate falso e inútil, pero precisamente por ello la respuesta debe ser, ahora más que nunca, trazar nuestro propio camino, anteponiendo el interés del colectivo y defendiendo a quien ha sido un magnífico candidato con el que nos hemos sentido plenamente referenciados.

La batalla fundamental hoy sigue siendo en favor de una salida social anticapitalista y democrática de la crisis, y para ganarla debemos empezar por un debate valiente, que afronte el reto de repensar cómo debe ser una organización que implique en la política activa a sindicalistas, feministas, activistas sociales, jóvenes, pacifistas, y hacerlo en torno a un programa y una acción común, esto no es ni más ni menos que recuperar los objetivos originales de la Izquierda Unida que planteó una nueva forma de hacer política. Por eso en estos momentos tenemos que aislar y combatir a quienes nos quieran dividir, tenemos que evitar perder el tiempo en batallas internas que sólo favorecen al sistema.

Una Izquierda que priorice la acción al debate estéril, que entienda que sólo la concienciación, la movilización y la lucha puede cambiar las cosas, una izquierda que se refuerza abriendo nuevas formas de participación y de organización, una izquierda en definitiva que sea capaz de asumir el reto de construir la máxima Unidad Popular como expresión de un Bloque Social y Político de carácter alternativo que en la calle y en las instituciones dispute la hegemonía política, social, cultural y económica al liberalismo más reaccionario, patriarcal y explotador que ha conocido la historia.

Estoy convencido que lo mejor del PCE, lo mejor de IU, lo mejor de otras formaciones de izquierdas y colectivos sociales se pondrá al servicio de este ilusionarte reto de repensar la izquierda para reforzarla y construir la máxima unidad popular en favor de los intereses de la mayoría social trabajadora para acabar con las políticas autoritarias, patriarcales, basadas en los recortes y la austeridad. Que nadie dude que el PCE y su Secretario General se van a dejar la piel en ello.

José L. Centella Gómez
Secretario General

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