viernes, 21 de agosto de 2015

El TTIP en la encrucijada

El mecanismo de resolución de conflictos entre estados e inversores (ISDS) es tal vez la brecha abierta más importante hasta ahora en el potente armazón del bloque PROTTIP


Uno de los trabajos de oposición institucional es la presentación de mociones municipales o de otros ámbitos territoriales como forma de mostrar territorialmente el rechazo al Tratado.

La semana del 13 al 17 de julio se celebra en Bruselas la 10ª ronda de negociaciones del TTIP entre los EEUU y la UE, tras más de un mes de interrogantes, después del voto favorable en la Comisión de Comercio Internacional del Parlamento europeo (INTA) el 29 de mayo a un proyecto de resolución sobre el Tratado que defendía la inclusión del mecanismo de resolución de conflictos entre estados e inversores (ISDS) y la adopción por parte de EEUU de estándares laborales más altos y el posterior aplazamiento del debate y de la votación previstos para el 10 de junio en la sesión plenaria de Estrasburgo.

En la reunión de la Comisión los grupos proTTIP (socialdemócratas, liberales, populares) votaron en bloque a favor de la resolución, pese a las declaraciones previas contrarias al ISDS de varios eurodiputados socialdemócratas, lo que le valió a su grupo una oleada de críticas por parte de los europarlamentarios del GUE y Verdes y de una parte sustancial de la opinión pública. Ante esta situación, los socialdemócratas dieron un paso atrás, instalándose en posturas ambiguas que provocaron serias dudas en el presidente del Parlamento europeo, Martín Schulz (socialdemócrata), con respecto a que la resolución de apoyo a las negociaciones se aprobase en la Eurocámara –el objetivo último era mostrar a EEUU su respaldo-, por lo que decidió suspender la votación e incluso el debate, lo que provocó nuevas críticas, en este caso por no poder siquiera hacer uso del más elemental derecho democrático, cual es la expresión de la opinión en un espacio de representación popular.

 
Estos desacuerdos, fruto de la presión en la calle y en las redes sociales, han conseguido abrir una brecha en la hasta ahora firme estructura de apoyo al TTIP. Algunos socialdemócratas dudan con respecto al ISDS porque saben que hay una fuerte oposición (97% de los ciudadanos consultados en contra, en la prolija encuesta organizada por la propia Comisión Europea) e incluso observan con preocupación el continuo aumento de firmas en la Iniciativa Ciudadana Europea (ICE autoorganizada) que pide la paralización definitiva de las negociaciones y que ha superado las 2.300.000 firmas el 8 de julio.

No obstante, el bloque favorable al TTIP entendió el aplazamiento como una forma de ganar tiempo para reorganizar sus fuerzas y asegurar el voto favorable en el siguiente pleno parlamentario. El INTA votó mayoritariamente el 29 de junio a favor de la admisibilidad de más de 100 enmiendas al debate previsto sobre el TTIP –enmiendas que ya fueron presentadas en el mes de junio y que fueron utilizadas como excusa para suspender la votación y debate parlamentario. El 2 de julio los socialdemócratas proponen a liberales y conservadores un nuevo ISDS, aparentemente descafeinado, en realidad con ligeros retoques con el objetivo de mejorar su imagen de cara a su electorado, cosa que aceptan los otros dos grupos, sabedores de que no cambia sustancialmente el fondo de este mecanismo que no es otro que asegurar inversiones por encima de la soberanía.

El 3 de julio la Conferencia de Presidentes del Parlamento decidió incluir el debate sobre la resolución del TTIP para el martes 7 y la votación sobre las enmiendas presentadas y sobre la propia resolución de apoyo para el miércoles 8.

Todo esto ante la siguiente ronda de negociaciones de mediados de julio y el referéndum de Grecia del día 5 cuyos resultados han puesto nerviosos a los negociadores europeos que quieren dar una imagen de firmeza ante sus colegas americanos que ya han dicho que no admitirán un tratado sin ISDS y que ven con reticencia lo que ocurre a este lado del Atlántico.

Finalmente, el día 8 socialdemócratas, liberales y conservadores consiguen sacar adelante el informe favorable a las negociaciones que se están llevando a cabo mientras que el GUE y los Verdes, así como algunos socialistas franceses, belgas y austriacos, votan en contra. El PSOE vota como una piña la resolución.

Este apoyo no es vinculante pero sí da un balón de oxígeno a la Comisión Europea que se ve reforzada frente a los EEUU que quiere acelerar los procesos y llegar a un acuerdo cuanto antes y que para ello no duda en dar prerrogativas a su Presidente para que ultime las negociaciones, a partir de la aprobación por parte del Congreso y del Senado de la "Trade Promotion Authority (TPA)", más conocida como Fast Track o Vía Rápida. Esta prerrogativa faculta a Obama a presentar a las cámaras legislativas el proyecto de tratado, no pudiendo presentar enmiendas, para su aprobación o rechazo. Algo parecido pasa en Europa donde el Parlamento, una vez que el texto recibe el visto bueno del Consejo europeo, solo puede aprobarlo o rechazarlo.

Estrategias de oposición al tratado

El ISDS es tal vez la brecha abierta más importante hasta ahora en el potente armazón del bloque proTTIP y es uno de los flancos donde estratégicamente hay que incidir independientemente de que el tratado ha de rechazarse en su totalidad. Pero hay otros muchos flancos en los que se puede actuar, trabajando sectorialmente en el campo social y laboral, con la previsible pérdida de derechos, en los servicios públicos, donde se pretende incidir aún más en las privatizaciones, en los derechos digitales, con probables pérdidas de privacidad, en la agricultura y soberanía alimentaria, con la entrada masiva de transgénicos y carne hormonada, en la energía y cambio climático, con la apuesta por los combustibles fósiles, en el campo farmacéutico, con el ataque a los genéricos y la protección de las patentes, en el sector químico, con la eliminación o reducción del principio de precaución, en la propia salud de nuestro entorno, con la pérdida irremediable de biodiversidad y en la gravísima pérdida de soberanía que supone el Consejo de Cooperación Reguladora.

Para trabajar en todos estos sectores es fundamental contrarrestar la opacidad informativa por parte de la Comisión europea elaborando potentes estrategias de comunicación y organizando campañas de información y difusión sobre el TTIP por parte de las organizaciones y colectivos contrarios a la firma de este tratado.

El trabajo de oposición en su vertiente institucional ha de proseguir con la actividad parlamentaria, estatal y autonómica, pero fundamentalmente en el europeo donde el GUE y los Verdes deben incidir en la denuncia del tratado, además de hacerlo en los medios donde poco a poco se va consiguiendo que al menos se conozca su existencia.

El otro trabajo institucional es la presentación de mociones municipales (o de otros ámbitos territoriales como comunidades autónomas, comarcas, consejos y cabildos insulares, mancomunidades) como forma de mostrar territorialmente el rechazo al TTIP. Esta arma se ha empleado satisfactoriamente en distintos lugares europeos, siendo significativo el caso de Bruselas que se ha declarado hace pocas fechas ciudad libre de TTIP. Si bien esto es simbólico (sede de la CE, negociadora y principal impulsora del tratado), no deja de servir de referencia en la priorización de las declaraciones políticas municipales, dadas las características demoledoras del tratado sobre la soberanía de estados y pueblos. En IU se le ha dado importancia a este tema, al igual que lo han hecho otras fuerzas políticas del estado, intentando sacar adelante, donde se tenga influencia o poder compartido en los municipios, las mociones contrarias al tratado.

Hasta las pasadas elecciones municipales y autonómicas del mes de mayo, 30 municipios se habían declarado territorios libre de TTIP. El objetivo, ahora que se han constituido gobiernos locales con una mayor representación de fuerzas políticas contrarias al tratado, no puede ser otro que aquella cifra se multiplique y permita llegar a las cifras de países como Alemania o Francia que alcanzan varios centenares de municipios opuestos al TTIP.

Si bien los formatos de mociones presentados en los municipios han sido diferentes existe un modelo diseñado por la campaña europea contra el TTIP, que suele ser el empleado, adaptado a las características de cada país. El punto fundamental de la moción es en el que demanda: “la suspensión de las negociaciones del TTIP y otros acuerdos comerciales similares (como el CETA, Acuerdo de Libre Comercio entre Canadá y la UE, y el TISA, acuerdo multilateral para la liberalización y privatización de todo tipo de servicios públicos)” ya que equipara los tratados citados, denunciando la estrategia neoliberal contraria a las regulaciones estatales y a lo público.

Se debe también reforzar esta labor institucional con la participación ciudadana en actos y acciones de difusión o de rechazo convocadas tanto por las distintas campañas territoriales de #NoalTTIP, como por las organizaciones políticas, sindicales y sociales, haciéndose especial hincapié en la recogida de firmas para la ICE autoorganizada para alcanzar las 2.500.000 antes del nuevo día de acción global convocado para el otoño, probablemente el sábado 10 de octubre, por lo que estratégicamente sería interesante presentar mociones en las semanas anteriores a esa fecha.
 


Publicado en el Nº 286-287 de la edición impresa de Mundo Obrero julio-agosto 2015

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